El Sonido Alrededor

Fecha de publicación: noviembre 21, 2012
Comentario

27º FESTIVAL DE CINE DE MAR DEL PLATA. El exclusivo barrio de Setúbal, Recife, y su sistema de vigilancia, en un fresco colectivo que alumbra las oscuras y violentas contradicciones de una sociedad.

Por nuestro enviado_______________________
Una secuencia de fotos en blanco y negro sobre una Recife de otra época, donde era tajante la diferencia de clases y la esclavitud, nos introduce al presente cotidiano de un barrio residencial bienestante. Setúbal. Un barrio actual, heredero de su propio tiempo, lleno de historias entrelazadas. La historia del vendedor de inmuebles João y su potencial novia Sofía. La de la abatida Bia, con sus criadas y sus dos hijos estudiantes de chino; el vago y delincuente improvisado Dinho, rodeado de perros que nunca duermen, las reuniones de consorcio, la nueva seguridad contratada capitanada por Clodoaldo. Todos relacionados al Gran abuelo, el turbio y autócrata Francisco (interpretado por el gran Waldemar José Solha, ya visto en este festival en el cándido Era uma vez eu, Verônica), aquí ex jefe de plantaciones lejanas, y que domina en casi todas las propiedades de la cuadra.
Subdivivido en tres formales capítulos, de a poco se van construyendo relaciones sociales a partir de lazos familiares y sentimentales, intercalando encuentros que van de lo público a lo más íntimo, en un ritmo placentero y nunca blando, producido por una no compleja pero espléndida estructura a encastres paralelos. La película, en lo personal candidata al Ástor del color más deseado, esconde su propio conflicto detrás del montaje y el excelente trabajo sonoro. Y si por un lado el conflicto nunca se ve, pero se respira, se percibe a distancia mientras tenemos ante los ojos los nexos más cotidianos, jocosos y a veces histéricos; el sonido es lo que nos lleva al panorama de violencia subterránea, paralela. Se encuentra en otro plano dramático y emerge como presencia, de manera formidable, desde los rincones del vecindario.
Un film que nos inserta en historias que observamos cercanas, vividas por personajes inmediatamente queribles. Acciones que se espían, que se miran de reojo, que se escuchan. Acciones que nos interpelan directamente, otras que desconocemos aunque ocurran a nuestro lado. Lo que pulsa bajo la sociedad es el corazón de un film que así y todo se permite en su edificación, nunca enredada, ciertas libertades narrativo-simbólicas (como los sueños de la nena, la mística visita al antiguo cine, ya lleno de pasto en su interior pero que aún mantiene los sonidos de la actividad del pasado; o los tres personajes bañándose bajo una cascada que se volverá sangrienta). Quedamos insertados en la red de techos, de puertas, de patios, pasillos y balcones, pero también calles, esquinas, veredas, que llevan a una construcción de tejido urbano y tensión social, resueltos con gran destreza y desenvoltura por el debutante Mendonça Filho.
Lorenzo Barone




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