
Georges y Anne, los ochenta cumplidos, son dos profesores de música clásica jubilados que viven en París. Un día, Anne sufre un infarto. Al volver del hospital, un lado de su cuerpo está paralizado. El amor que ha unido a la pareja durante tantos años se verá puesto a prueba.
“Amour” nos presenta a Georges y Anne, una pareja francesa, ya retirada de la actividad profesional, que vive en un pintoresco apartamento repleto de discos, libros y conversaciones entre entendidos de la música académica. El piano ocupa un lugar sagital tanto en el departamento como en la vida sentimental de esta familia de melómanos. Luego de asistir al concierto de un ex alumno de Anne, ella sufre un accidente que traerá aparejado inesperados cambios.
El film exhibe muchas de las características que suelen verse en films previos del realizador: impecable dirección de actores (extraordinarias actuaciones de la dupla Trintignant-Riva, con una discreta colaboración de Isabelle Huppert), planos de fijeza germánica y la rigurosa ausencia de banda sonora, combinada con una maniática preocupación por los sonidos ambiente. Todo esto contribuirá a un perversamente orquestado clima, que hará presentir incluso al más distraído espectador que algo terrible va a suceder. El director, como en otras ocasiones, se encarga inteligentemente de sembrar profundos interrogantes que evitan respuestas fáciles. En esta entrega, el más complejo dilema probablemente esté referido a la cuestión de la eutanasia.
Un curioso haz de luz se filtra por una pequeña rendija de esa pesada cortina de nihilismo y escepticismo con la que este autor se ha encargado siempre de tapar el sol. Lo que irradia esa luz, y distingue a esta de otras de sus obras, es ni más ni menos que una historia de amor. Una historia de amor sin endulzantes ni sentimentalismos baratos del tipo de los que (el peor y actual) Hollywood nos tiene acostumbrados. Este es el amor en la vida real, sometido a las pruebas mas duras.
A Haneke, septuagenario y consagrado ya tanto por el público como por la crítica especializada, quizás podría ubicárselo en algún distinguido lugar de un triángulo creativo cuyos vértices estuvieran ocupados por este maduro, emocional y crepuscular Bergman, (el mejor y antiguo) Polanski y Buñuel.
Otra vez, el piano está en el centro de la creación de un maestro austriaco. En este caso no es Wolfgang Amadeus Mozart sino Michael Haneke quien debió enfrentarse a la inmensa tarea de componer una obra dedicada a aquel que nos deja para siempre. “Amour” es el hermoso nombre de este emotivo Réquiem.
FERNANDO dice:
No vi la pelicula pero me la han recomendado. Despues de leer esta critica me dieron mas ganas de verla aun. Muy buena critica!
ANDRES dice:
Buen analisis, me gusta el final!
BEN dice:
Excelente crítica! Muy cierto lo que ponés sobre Haneke 🙂
NAT dice:
Qué linda crítica, sobre todo el final. No soy de pelis románticas pero le voy a dar una oportunidad.
CHAPU dice:
IMPECABLE!!! ahora solo falta ver la película!!
ERNESTO dice:
Muy buena review Javi!!, sigan con el buen trabajo!!!, estoy esperando la de cloud Atlas!!!.-
SION dice:
Javi Campo, te conozco como el fan#1 de Eupalla. Ahora veo que también escribís, y lo hacés muy bien. Seguí así. Saludos al staff.
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