Andy se ha hecho mayor y se prepara para marcharse a la universidad, lo que provoca la preocupación de Buzz, Woody y el resto de la banda por su incierto futuro.
Este nuevo film, parece ser el último de la serie, completando una trilogía que cumple con 15 años desde su aparición. De más está decir la calidad técnica y las increíbles caracterizaciones de los personajes, algo que Pixar demuestra cotidianamente en sus largos y cortometrajes. Sin embargo, hay muchos momentos que, no en modo paródico como había sucedido anteriormente, recuerdan a situaciones ya vistas en los films anteriores. Esto hace pensar un poco en la escasez de ideas o recursos creativos para la realización.
En esta entrega los juguetes ya saben que Andy creció, y está preparándose para ir a la universidad. Hace años que no se tocan y sienten su pronta desaparición. Intentan llamar la atención de su dueño, robándole el celular, pero tampoco eso funciona. El factor desencadenante es el pedido de la madre de Andy para que ordene las cosas antes de partir. Es así que los guarda en una bolsa y son confundidos por ella, tirándolos a la basura. Pero logran escapar, yendo al baúl del auto y allí Woody quiere explicarles que su lugar es éste, junto a Andy, y no la guardería (fiel a su dueño, lo mismo reafirmaba en los films anteriores). En plena discusión la madre de Andy cierra el baúl y terminan en la guardería. Allí son recibidos por muchos juguetes, entre ellos un tierno oso de peluche color fucsia (Lotso, quien será el villano de esta entrega, recordando al Viejo Capataz de Toy Story 2), y un agrandado Ken (cómplice), bastante afeminado. Su estadía en la guardería es bastante complicada ya que los alojan en el sector para niños más pequeños, recibiendo golpes, roturas, pintadas y demás, pero Woody decide volver con Andy y es encontrado por una niña, hija de una persona que trabaja allí. Ahí conoce a un grupo de juguetes que están acostumbrados a la improvisación teatral, debido a los juegos de la niña (idéntica secuencia del té, en la casa de Syd, Toy Story; solo que ahora el rol de muñeca lo cumple Woody en vez de Buzz). Mientras tanto, en la guardería, Buzz descubre una gran conspiración desde el otro bando de los juguetes, y a su vez, él es descubierto por Ken y su pandilla, provocando el encierro de todos sus amigos. Por eso Woody aparece al rescate de todos ellos, pasando por una serie de trampas y custodias muy interesantes. Cabe destacar el gran acierto de “El Señor cara de Papa” al convertirse en panqueque o tortilla, y la desconfiguración de Buzz, provocando su cambio al idioma español (al conquistar a la vaquera cual torero, haciendo evidentes movimientos), sin duda dos de los momentos más graciosos para el público en general durante las proyecciones que he asistido. El escape final, también recuerda a Toy Story 2, salvo que en vez de un aeropuerto, ahora nos situamos en una planta de reciclaje de basura; la cinta de las valijas se transforma en la tira magnetizada y el rescate propiamente dicho no lo hace Tiro al Blanco, sino una máquina, más precisamente “La Garra”, junto a sus fieles adoradores, que la consideran un poder supremo. Nuevamente un elemento de Toy Story, pero también este último escenario tiene una estética muy similar al film Wall-e, perteneciente a la misma productora. La música no tiene un papel fundamental como en los films anteriores, y tampoco existe una gran diversidad de personajes nuevos, pero si quiero resaltar la calidez, y gran personalidad de cada uno de ellos, que demuestran como he mencionado anteriormente el costado más humano de los juguetes. A través de estrategias y fórmulas ya comprobadas, Toy Story 3 consiguió un gran éxito de taquilla a nivel mundial como era de esperarse, y cierra la trilogía, con todos los juguetes juntos, a cargo de un nuevo niño, y con un gran happy end.
Nicolás Isasi
CARLOTA dice:
Por qué 80 y no 100??? Qué les hizo Woody más que darles una obra maestra??? Se lo merece más que Bergman, che. No sean parciales
NICOLÁS dice:
La calificación es solo un número estimativo… Para mí lo que cuenta es la visión crítica. Y no es 100 porque desde mi punto de vista hubo falta de creatividad en una compañía que siempre apuesta a lo mejor y nos ha dado grandes creaciones. Usaron recursos y fórmulas que funcionaron, funcionan y van a funcionar, pero siento que no se jugaron al máximo o no dieron todo lo que podían llegar a dar. Con respecto a la comparación con el sueco, no me hago cargo, porque yo no hice esa crítica. De todas formas, coincido con vos en que Woody es y va a seguir siendo un personaje único e increíble dentro de la animación.
CARLOTA dice:
Nico,
No logro entender cuál es el problema de los recursos. Justamente un recurso dramático es para eso: para mezclarlo con otros y que, aunque los ingredientes sean los mismos, lo comida sepa diferente. Con ese criterio, el único cine que sobreviviría sería el de vanguardia. Fijate lo de Bergman: Fresas salvajes, que aquí tiene un 100, está repleta de recursos del autor. O fijate otras obras maestras, están plagadas de recursos. Eso las hace peores?
También me pregunto por ciarta facultad restrictiva, controladora que mencionás al decir “siento que no se jugaron al máximo o no dieron todo lo que podían llegar a dar”. En este sentido, entonces, El ciudadano podría ser un 6 porque Orson Welles no hizo planos secuencia más largos y virtuosos? (algo que podría llegar a hacer) o Vértigo sería un 7 porque Hitchcock podía generar más suspenso? Es, cuando menos, un criterio extraño para calificar: ponderar lo que es por lo que hubiera sido…pero…cómo saberlo?
Perdón por la respuesta
NICOLÁS dice:
Carlota, no hay ningún problema con los recursos, yo dije que funcionaron, solo que hay una gran repetición de ellos, y no agregan algo nuevo. Pensá en los locales de comida rápida: siempre mezclan lo mismo, pero no sabe diferente. No por ello dejan de consumirlos. Allá ellos. Creo que no hay que darle tantas vueltas a las cosas. Una crítica es un juicio, una evaluación personal. Obviamente que no se puede hablar de lo que “hubiera sido”, pero si se puede hacer una comparación del desempeño anterior de la compañía con respecto al rendimiento actual, y ahí es donde la utilización de los recursos, a mi criterio, no fue de la excelencia que habían demostrado en las otras entregas.
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