Nuovo Cinema Paradiso

Categoría: Críticas
Fecha de publicación: julio 31, 2010
Comentario

Un niño de un pequeño pueblo tiene como único pasatiempo disfrutar de las películas del cine Paradiso. Encantado por las oscilantes imágenes, deseaba con todas sus fuerzas que el cine fuese en realidad magia. Un día, Alfredo, el operador de cine, accede a enseñar al pequeño los misterios que se ocultan en una película…

Este film relata la historia de amor y amistad entre el hombre y el cine. Desde un punto de vista netamente autoral y autorreferencial, podemos decir que el mismo Tornatore es Salvatore, un cineasta que al recibir el llamado de su madre desde su viejo pueblo siciliano, comienza a recordar la maravillosa vida que ha pasado junto a su entrañable amigo Alfredo.

Desde el punto de vista estructural, comienza con un gran flashback que abarca su vida desde los comienzos. La madurez de un hombre ya grande, que recuerda su infancia y juventud, mostrando la relación que tiene con el cine ya desde pequeño. Las andanzas hacia la cabina del proyectorista (Alfredo) para poder mantener un contacto directo con el material fílmico, tocar la máquina, agarrar las latas, etc. Todo ese mundo imaginario que nos presenta el cine, era en aquellos años de posguerra un mundo distinto, sobre todo para los niños, algo que se ha perdido con los años a partir de la llegada de la TV, y de tanta tecnología en las casas, donde el mismo home theater en 3D impresiona mas a los niños que adentrarse en la vieja “caja oscura”. (Una pena, aunque también es una modalidad fomentada por los altos precios de las entradas).
 
Retomando la historia, el pequeño (Totó) hace hasta lo imposible para poder permanecer en el cine. Desobedece a su madre y no se pierde ni una proyección del cine Paraíso. Pero su madre no está muy de acuerdo con su entretenimiento, piensa que no hace otra cosa, y hasta llega a quemar parte de la casa con el material fílmico inflamable. Este elemento será una introducción al verdadero incendio que luego se produce en el cine; donde Alfredo pierde la vista y Totó entra para salvarle la vida. Frente a esa terrible situación, al poco tiempo el cine se reconstruye y Totó, ya adolescente, pasa al mando de la sala de proyeccion, siguiendo el fiel mandato de su gran amigo; quien lo acompaña cotidianamente con su sabia experiencia. Pero los años pasan y Totó sigue creciendo; con la juventud llega el amor, y queda flechado perdidamente de una muchacha llamada Elena. Nuevamente Alfredo seguirá brindándole consejos, no solo como amigo, sino muchas veces como padre; hasta llegar a decirle que se aleje del pueblo, que rehaga su vida y deje ese lugar, para no terminar con la misma vida que él ha pasado, encerrado en el cine. Totó sin aceptar mucho la idea, decide tomar conciencia y accede, pensando en un futuro mejor junto al cine. Es así que parte dejando atrás aquel nostálgico lugar natal.
 
Este film es un gran homenaje no solo al cine, sino también a la amistad. La representación mas fiel de un verdadero pueblo italiano, con cada personaje y lugar perfectamente seleccionado, acompañada de una impecable música que resignifica todo aquello que se está viendo, de la mano de otro grande en materia cinematográfica: Ennio Morricone, compositor y músico italiano encargado de la banda de sonido de más de 300 films a lo largo de su historia y hasta la actualidad. Una música que supone una paulatina evolución de Totó a lo largo de cada escena, con un hermoso in crescendo que escuchamos con el cambio de cada melodía, la instrumentación, y ese hermoso leit motiv que atraviesa el film de comienzo a fin, a través de las diversas etapas de su vida.
 
Y en aquella mencionada madurez, es cuando la pelicula comienza, 30 años después de la partida. A partir de la muerte de Alfredo, Salvatore (Toto) regresa a Sicilia para el funeral, aguardándole en ese pueblo una sorpresa que conservará toda su vida. Allí puede establecer contacto con la gente de aquella infancia perdida, de su madre, y puntualmente recibe el regalo póstumo de su gran amigo, una lata con los recortes de todos los besos censurados de cada película proyectada en el Paraíso. Sin dudas, un final puramente cinematográfico: un director en la soledad de la sala, viendo el regalo de una de las personas más queridas en su vida, profundizando esa olvidada pero eterna amistad.
 
Nicolás Isasi




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CLAUDIO dice:

Veo y veo cine,pero cada vez que me pregunto sobre cual es la mejor pelicula,no puedo evitar nombrarla.Será porque recuerdo cada una de las escenas?porque ya casi me sé los dialogos? Porque no puedo evitar que mi piel se erize cada vez que escucho esa música?.Recuerdo haber salido del cine con un nudo en la garganta.Una maravilla que me impactó cuando se estrenó y no pierde potencia de impacto emocional cada vez que vuelvo a disfrutarla.

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