Un Cuento de Verano

Categoría: Críticas
Fecha de publicación: agosto 30, 2010
Comentario

Stefek, de seis años, en sus vacaciones estivales se enfrenta al destino, poniendo en marcha una cadena de sucesos que podrían ayudarle a acercarse a su padre, quien años atrás abandonó a su madre. Su hermana Elka, 17 años, le ayuda a aprender a sobornar a la suerte, y así Stefek ve aumentar las esperanzas de que sus padres vuelvan a encontrarse.

Esta historia nos transporta a un pequeño pueblo polaco, donde la tranquilidad y la banalidad transcurren al igual que en los pueblos del interior de nuestro país, salvando algunas distancias con el este de Europa. Las calles de tierra, los autos viejos, vendedores y prostitutas conforman este paisaje típico. Pero dentro de este marco de aburrimiento y pasividad, existe un chico (Stefek), que tiene que pasar el tiempo y disfrutar de su infancia, a pesar de la familia que le tocó. Él es quien nos introduce en este lugar de plena inactividad, en el cual encuentra a través del tren, un motivo para seguir el día a día. Allí conocemos a quién él piensa que es su padre (separado desde hace unos años); un hombre que pasa todos los días por esa parada para tomar el tren, pero nunca tienen un diálogo o encuentro de padre a hijo, sino que parece ser una aparición fantasmal que es parte de la misma estación.

Con un cuidado trabajo de actuación y un fiel reflejo de la sociedad, el director nos presenta una historia que demuestra la realidad de la familia actual, totalmente desvinculada de valores y afecto, desprovista de una estructura en cuanto a los ejemplos y la educación frente a sus hijos, dando cuenta la situación que deben atravesar muchísimos chicos en el mundo, cuando aún teniendo a sus padres cerca, pareciera no tenerlos.
Su hermana, parece ser el cable a tierra que conecta a este pequeño individuo con la realidad social. Es ella quien se encarga de criarlo, y de malcriarlo, pero de darle al menos una muestra de atención en medio de su vida adolescente. Aunque como todo chico, quiere divertirse y se rehúsa, al igual que muchos hermanos menores, a escuchar y obedecerle. Es así que se escapa, miente y cree tener con el novio de ella una relación de amistad, que no tiene con sus padres o sus verdaderos amigos. Sin embargo, ella intenta progresar en su vida personal y laboral, e insiste en poder cambiar su trabajo de moza, por un cargo en la importante empresa para la cual se encuentra estudiando italiano desde hace un largo tiempo, esperando pasar la entrevista. Es interesante destacar cada escena en la puerta de la empresa, donde las desconexiones que suceden demuestran, una y otra vez las escazas y complicadas oportunidades laborales que terminan siendo caducas.
Una cosa importante de mencionar es la idea de la suerte que permanece durante todo el film, desafiando el deseo de Stefek sobre cada situación. Él cree en que cada cosa tiene un por qué y eso tiene que ver en cómo se van conectando cada una de las situaciones. Por eso mismo al final del film, tratará de reconciliar a su padre con su madre, utilizando todo tipo de estrategias para que el progenitor pierda el tren en diversas ocasiones, teniendo que permanecer en el pueblo de una u otra manera, junto a la complicidad de su “cuñado”. Y esa falta de lo paterno que es tan grande en su vida, hace que a pesar de todas las peripecias, logre retener de una vez por todas al hombre de regreso en el pueblo.   
Sin dudas, un film con una bella calidad poética en cada una de sus escenas, mostrando la dulzura e inocencia de un niño que ayuda a la suerte, para poder creer en sus propios ideales, mientras juega con soldaditos de plomo y come sandías entre las vías del tren.
 
 Nicolás Isasi




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