Comentario
27º FESTIVAL DE CINE DE MAR DEL PLATA. Inusual amistad entre una muchacha de 21 años y una mujer de 85, dos almas solitarias con mucho en común, narrada con sutileza y espíritu de provocación.
Por nuestro enviado_______________________
Jane, rubia wasp públicamente conocida con el pseudónimo de Tess Steele, está remodelando su cuarto. La casa que comparte con la desequilibrada Melissa y el frustrado agente Mickey no es lo suyo, y decide fugarse a un mercado de bric-a-brac de la San Fernando Valley (California), donde azarosamente le compra a la reacia anciana Sadie un simpático termo para usarlo como florero. Cuando sin embargo vuelve a su casa y lo llena de agua, se da cuenta que en su interior hay rollos que suman la totalidad de diez mil dólares. Jane no sabe qué hacer, si devolverlos o empezar a gastarlos, y no tiene mejor idea que empezar a conocer mejor a Sadie para entender si es el caso de librarse de la montaña de dinero.
A través de una cámara y montaje desenvueltos, con cortes en movimiento y lleno de detalles, el film logra establecer la original relación, accidental e improvisa, entre la chica que se acerca a la desconocida anciana, separadas por una distancia ideológica y generacional. No importa qué hacer con el dinero, la presencia del mismo pierde inmediatamente foco y sirve como mero disparador para forjar y explorar la relación entre dos mujeres disímiles, en una situación radicalmente opuesta en tiempos, modos y principios, a los ritmos que Jane llevaba hasta el momento. Se desencadena una relación transversal, una vía de fuga de su universo marginal y lustroso que de a poco comienza a mostrar sus grietas. Cuando no está Sadie, Jane pasa sus horas con coinquilinos que viven tirados en el sofá, drogándose, durmiendo, malgastando el dinero o jugando a videojuegos en red. Amistades efímeras, e incluso menos sólidas y duraderas que la improvisada relación que nace con la anciana, hecha de prejuicios, de sospechas y prevenciones, pero así y todo de verdaderos consejos. La oposición funciona, con la abuela que juega al bingo en la iglesia todos los sábados, en una organización horaria que la joven platinada rápidamente adopta.
De a poco cambian las perspectivas y descubrimos que el verdadero trabajo de Jane es en la industria pornográfica (hasta el momento ocultado por la propia trama), así como, de forma gradual, se van reformulando los roles y relaciones. Jane/Tess, siempre acompañada del perrito Starlet, su única compañía verdadera entre tanta escoria, en el fondo desea la vida que de joven tuvo Sadie, que fue fiel y acompañada por su difunto marido Frank.
De confección prolija, es un film que tiene el mérito de evitar el sentimentalismo barato. Pero que no por eso logra definir a la perfección, o por lo menos no problematiza, la cuestión social-cotidiana ligada al mundo de los videos adultos en el que la protagonista está insertada. No pretende indignar, y asimismo se concede una escena de sexo explícito (en el set de filmación hardcore, sin censura, con los directores distraídos hablando por teléfono) tal vez evitable, no por fácil moralismo, sino porque estéticamente desentona en la manufactura sobria del resto del film.
Sin embargo, un resultado agradable, satisfactorio, enmarcado en una estructura hecha de puntos de giro, que es clásica pero que en el panorama festivalero se encuentra en minoría respecto a otras alternancias reinantes, elucubraciones y esquizofrenias postmodernas de todo tipo. Buen debut cinematográfico por parte de la anciana Besedka Johnson, mientras que la rubia protagonista es la nieta de Ernest Hemingway. Para terminar, imperdibles cameos de los pornodivos Manuel Ferrara y Asa Akira, que se relajan tirando chistes después del “apretado” día de trabajo.
Lorenzo Barone
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