Giordana, con mano de hábil sastre lombardo, se encarga de tejer un por demás interesante entramado político en el contexto de fines de los años sesenta en el país de Giuseppe Garibaldi.  El relato hace referencia al inicio del período de la “estrategia de la tensión” y conecta el completo espectro político existente entre una ultra izquierda compuesta por anarquistas y comunistas  y una ultra derecha neofascista. Quien escribe se permite confesar que pocas veces ha visto en otros films relacionados con el género algo tan complejo de narrar cinematográficamente, por su considerable envergadura, tan bien resuelto. Algunos sucesos históricos a los que hace referencia la cinta tienen resonancias macabras si son pensados en relación a la dictadura que sucedería pocos años después en la Argentina de la década del setenta. Intrigas gubernamentales, investigaciones policiales, servicios secretos lúgubres, bombas psicológicas y personajes maquiavélicos varios rodean la “Piazza della Fontana” habitada por el desconocido culpable.