Skyfall

Categoría: Críticas
Autor:
Fecha de publicación: diciembre 31, 2012
Comentario

En Operación Skyfall la lealtad de Bond a M se pone a prueba cuando el pasado vuelve para acosarla. Como el MI6 (el servicio secreto británico) ha sido atacado, 007 debe localizar y destruir esa amenaza, sin importarle el costo personal que pueda suponer.

Luego de cambios en el proyecto y postergaciones varias, este año finalmente se estrenó la última entrega de la saga relacionada con el personaje creado por Ian Fleming. Si alguien sostenía por allí que no era posible un titulo mas intenso que Quantum Of Solace, Skyfall rápidamente se encarga de desestimar esa afirmación. El encargado de la alquimia necesaria para convertir tinta en imágenes fue ni más ni menos que Sam Mendes (un director que nos encanta). Recordemos que Mendes, educado en Cambridge y durante muchos años dedicado al teatro, hizo su entrada triunfal en el mundo del séptimo arte con un gran drama contemporáneo como es American Beauty (ganadora de cinco de ocho nominaciones al Oscar, siendo la primera película del director: para aplaudir de pie) a la que continuarían luego otras muy buenas producciones como Jughead o la inteligente y profunda Revolutionary Road. Dios salve a Sam Mendes.

Al conocerse que Sam estaría a cargo de esta cinta, las dudas de algunos espectadores tenían que ver con la dirección que le daría un realizador tan preocupado por el desarrollo y la psicología de sus personajes a una película que plantea a priori ciertas limitaciones creativas, por estar fuertemente enmarcada en una franquicia emblemática y cuáles serian los resultados de todo esto. Daniel Craig, este británico de penetrante mirada eslava, con aspecto de “duro sensible” y un algo que lo vincula a Clint Eastwood, fue moldeado por el director para empezar a responder estas preguntas y ofrecernos esta caracterización de un viejo agente para un nuevo siglo. El resultado es un personaje humanizado, con matices psicológicos, falible, vulnerable. A diferencia de aquel agente secreto encarnado por Sean Connery, cuyos movimientos parecían siempre seguidos de precisos trazos de caligrafía china, este nuevo Bond es alcanzado por las balas, falla al disparar, no pasa todas las pruebas; las mujeres lo critican y desafían, sus colaboradores lo menosprecian y su nuevo jefe quiere despedirlo. Y, a pesar de todo esto, consigue igualmente ser elegante e indestructible en todo momento, hasta en el peor de los infiernos. Dios salve a 007.


Es justo decir que la cinta plantea durante toda su extensión polémicas cuestiones referidas a la política de nuestros tiempos, tanto interna como internacional. La cinta sugiere preguntas sobre el papel de Inglaterra, su servicio de inteligencia (el legendario “MI6”) y el espionaje en este nuevo mundo donde el “terrorismo” ya no es llevado adelante por estados-nación sino por individuos que se manejan en las sombras. Esta problemática le sirve a la película como base para vindicar, en reiteradas ocasiones, varias cuestiones ligadas con el orgullo ingles: el decoro y la sobriedad a la hora de las grandes decisiones, la fortaleza ante la adversidad, la inteligencia para llevar adelante grandes empresas y, sobretodo, la lealtad y la solidaridad con la causa común.

Nos encontramos además con una película agradablemente balanceada: una delicada secuencia de créditos, imponentes escenas de acción, muchos diálogos de cariz dramático (por momentos muy buenos) y algunos refrescantes pasajes de humor. Un notable elenco acompaña a Craig: Ralph Fíennes, Judy Dench, Albert Finney y Ben Whishaw son algunos de los nombres más rutilantes. Una mención especial merece Bardem entre tantos destacados profesionales mencionados en esta reseña oriundos de la Britannia. El español encarna a Silva, un ex agente que se siente traicionado y que por eso decide pasarse al lado oscuro. Silva es un villano complejo, con algo demoniaco en su rostro, por momentos nos resulta divertido, por momentos espeluznante, pero siempre trágico. Maravillosa performance que ratifica una vez más su calidad actoral y lo posiciona como uno de los grandes actores ibéricos del momento. Dios salve a Javier.

De cualquier forma, la película alcanza la dimensión de clásico y se diferencia de otras entregas de 007, a mi modesto entender, por su extraordinaria dirección de fotografía. Roger Deakins, quien debería recibir no un Oscar sino una condecoración de manos de la reina por su desempeño en este film, ha sido el encargado de esta titánica tarea. Siendo muy reconocido por su trabajo junto a los hermanos Coen, lo que ha hecho bajo la dirección de Mendes dejara a mas de un DF con la boca abierta. En una época de ideas repetidas o donde una sola idea atraviesa toda una película, Deakins despliega un esplendido repertorio de encanto victoriano. Ya sea en interiores o en exteriores, con temperatura color fría o calida, todo parece siempre estar iluminado de la mejor manera posible. Skyfall visualmente se constituye como el sutil y precioso trabajo de un distinguido orfebre de luces y sombras. Un interminable festín para los ojos. Estambul, Londres, Macao, Shanghai (con una escena donde se permite audaces guiños al videoarte) y Escocia fotografiadas como nunca. Las cumbres y los valles de míticos guerreros escoceses adquieren una paz y una solemnidad cuasi religiosas retratadas por la cámara de Deakins. Esto último nos recuerda al trabajo del grandísimo húngaro Vilmos Zsigmond en The Deer Hunter, por su comprensión de la belleza, emotividad y potencia de la luz natural adecuada. En este caso, Deakins se anima a llevar una película de James Bond al terreno de la sofisticada búsqueda estética de alto vuelo. Masterclass.

La cinta propone al mismo tiempo y de manera ambiciosa una vuelta al origen, una resurrección y un “aggiornamento” del protagonista, una pertinente reflexión sobre el paso del tiempo para las personas y para el mundo en que vivimos, y la bienvenida para algunos y la despedida para otros personajes de esta saga. Uno de los lanzamientos de Hollywood mas significativos de este año, sin dudas. Algunos elementos del film estaban prefigurados: una pistola, un traje, un villano, una mujer fatal, una misión. Sam Mendes nos presenta algunos otros: una adorable cita de Tennyson, un intimidante dragón de Komodo, un viaje al futuro en Oriente y un viaje al pasado en Escocia.

Skyfall es esa tierra de alturas celtas, donde el cielo cae sobre la tierra. Es en Skyfall donde se erigía, entre la bruma, una misteriosa casa de piedra “cuya sola arquitectura era malvada”. Dios salve a Skyfall.
 
JAVIER CAMPO




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CARLOS dice:

Muy detallada critica, javi! El puntaje es justo! Feliz 2013!

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BEN dice:

Excelente crítica! Creo que una de tus mejores Javi 🙂 Coincido completamente!

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LEANDRO dice:

Si bien la critica es justa en varios de sus puntos, como la fotografia y la dirección desde mi punto de vista la pelicula falla en su guion, las acciones de Bardem por momentos parecen erraticas y no estan a la altura de una pelicula de Bond, y la escena final tampoco me resulta creible ni espectacular.
Desde mi punto de vista skyfall aprueba el examen pero se lleva algunas materias a diciembre.

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MATÍAS dice:

Muy buena crítica, me dieron ganas de ver la peli!

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CHIAPPE dice:

Che muy bueno tu estilo, te sale muy natural. Saludos!

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ERNESTO dice:

Me gusta la crítica, comparto con vos la cierta contradicción de contratar a un director que suele desarrollar a sus personajes de una manera que la franquicia Bond no permite, el producto final creo que es interesante pero no es una de mis Bond preferidas, y lo dice alguien que ha visto todas las 007 incluso la no oficial con Connery y Basinger jaja. Un abrazo!!.-

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SIBAL dice:

Una reseña que comparto en muchos puntos. Acertada la mencion de lo que logro Roger Deakins con la luz natural. Estamos muy probablemente ante la primer pelicula de James Bond con un contenido tematico (escena de Bond con Q). El hecho de que las otras no lo hayan tenido no suma ni resta a la cuestion, pero el que esta lo tenga hace a la accion que siempre distinguio a la franquicia mas interesante.

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