Comentario
BAFICI 2013. Una joven y su madre huyen a la ciudad costera de Mohang para eludir las deudas que han contraído. La joven empieza a escribir un guión que tiene como protagonistas a tres mujeres llamadas Anne. Las tres llegan a Mohang y allí reciben la ayuda de la dueña del motel donde se hospedan y la de un socorrista que vagabundea por la playa.
Anne, tres veces.
Primera: exitosa directora de cine que viaja para reencontrarse con un amigo y colega de trabajo.
Segunda: mujer casada que mantiene un affaire con un hombre coreano.
Y tercera: una desanimada mujer a quien su marido la dejo por una mujer coreana.
En las tres narraciones, Anne llega al mismo lugar, la pequeña ciudad costera de Mohang; se hospeda en el mismo hotel; interactúa con los mismos personajes: una pareja coreana que espera un hijo, una joven que la atiende en el hotel, y un atractivo y despreocupado bañero. Hong Sansoo nos sumerge así, en una experiencia lúdica: cada historia se rearma con diferentes posibilidades pero practicamente con los mismos elementos. Tres mujeres que llegan a Mohang. Tres mujeres que buscan el mismo faro. Tres mujeres que se cruzan con el mismo bañero. Tres paraguas. Tres carpas. Y una botella vacía: botella que hacia el principio del film encuentra la directora de cine en una playa, y que hacia el final del film, tira la deprimida Anne en esa misma playa. Puzzle. Situaciones extraordinarias y a la vez, tan comunes. Variaciones sobre el mismo relato. Variaciones probablemente infinitas. Probablemente infinitas Anne en Mohang.
El relato de las tres Anne pertenece al guión que se encuentra escribiendo una joven mientras se hospeda con su madre en un hotel para despejarse y eludir deudas económicas. El director coreano inserta así un relato dentro de otro relato, un recurso que se repite en muchos de sus films, cual marca de estilo. De la joven y su madre no volvemos a saber nada más: sólo se retoma este presente de la enunciación para pasar de una historia a otra. Al igual que su personaje Anne, la joven escritora se encuentra parando en la ciudad de Mohang, y en el mismo hotel. Un plano en el balcón del hotel donde Anne conversa con una amiga, nos devuelve al primer plano de la pelicula en el que la guionista toma algo con su madre en el mismo balcon. Un nuevo guiño del director en el cual enunciación-enunciado se entrecruzan, y el espacio se resignifica.
En consonancia con su filmografía, Hong Sangsoo mantiene una impronta propia anclada en su descuidado estilo mediante la utilización de zooms bruscos que trae cierto aire amateur. Sin embargo en el caso de In another country, el zoom parece estar solo para recordarnos o revivir esta impronta, pero no cumple una función narrativa. Se pierde en el puro recurso, pero no cumple una función irónica como si lo hace en otros de sus films.
Celos, seducción, encuentros casuales con un bañero, más o menos así transcurren las tres historias. Siempre bajo un halo de humor que se desprende a partir del choque idiomático entre Anne y el resto de los personajes. Isabelle Hupert, destaca por su versatilidad en los roles de las tres Anne, encarnando siempre el personaje de una extranjera atractiva para los ojos de los hombres coreanos. “Oh, estos hombres coreanos” – dicen más de una vez los personajes, en tono de sarcasmo haciendo alusión a su caracter mujeriego. A veces los personajes se ven obligados a repetir la misma frase varias veces, incluso usando muecas o señas. Es también el socorrista, interpretado por Yu Junsang, actor fetiche del director coreano, quien imprime frescura y humor a las escenas del film. Descontractura, relaja. Kwon Haehyo (el director de cine) trabaja por primera vez con el realizador, desenvolviéndose con naturalidad en el escenario de la comedia, y acompañado por la excelente Moon Sori (su esposa): sus azarosas peleas y malentendidos generan una riquísima fuente de risas para el espectador. No quedan dudas que la calidad de las interpretaciones convierten a este film en un film a la vez auténtico y divertido, a la vez alegre y melancólico.
Las tres Isabelle Hupert le preguntan a los tres Yu Junsang por la ubicación del faro. La repetición, en el tríptico de historias-Anne es quizás el recurso que, mayor ritmo y humor, inscriben a cada relato. Detrás de aquel humor espontáneo y desenvuelto, una reflexión sobre el guión y sus formas. Y al mismo tiempo, una reflexión sobre el azar: el azar de personajes que recorren los mismos espacios, construyendo siempre historias distintas, armando y desarmándose, encontrándose y desencontrándose, sin motivo alguno. Como dice el monje que se acerca a ayudar a la tercer Anne: “las acciones no tienen significados, no dicen nada. Así es la vida y nada más”.
Carolina Romano
CLARITA DIDEROT dice:
Me gusto mucho . Clarita Diderot
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