Comentario
Adaptación del famoso cómic que narra los orígenes de Batman y los motivos que lo convirtieron en el representante del Bien en la ciudad de Gotham. Bruce Wayne vive obsesionado con el recuerdo de sus padres, recorre el mundo hasta que encuentra a un extraño personaje que lo adiestra en las disciplinas físicas y mentales…
Luego de 8 años de ausencia, siendo Batman & Robin de Joel Schumacher la última vez que veríamos al caballero de la noche en la gran pantalla; y con las recientes malas adaptaciones de otros comics (Tank Girl, El Juez Dredd, Steel y el primer intento fallido de Los 4 Fantásticos), era necesario tomar un receso para poder determinar cómo salvar la reputación del género-comic en el cine. Adaptación, esta última, que rara vez resultó satisfactoria o bien lograda para el gusto del público, con historias muchas veces obsoletas, poco creíbles o de mal casting. Aun cuando X-Men se estrenara el 2000 y Spider Man en el 2002, a los estudios Warner le tomaría un poco más poder relanzar la reputación de Batman en la gran pantalla, cosa que no sería fácil, a pesar de tener a mano escritor y director ideales para encaminar una perfecta adaptación de este personaje tan querido por todos. Ya que, habiendo triunfado en los festivales de cine con su cinta Memento, y logrado un éxito pequeño con el remake de la cinta noruega Insomnia, Christopher Nolan sería el elegido para la silla de director, mientras que la adaptación del personaje correría a cargo de David S. Goyer, quien anteriormente ya había adaptado otro comic al cine: Blade.
Ni Burton y Schumacher tuvieron en cuenta desarrollar al personaje desde sus inicios, salvo por pequeños flashbacks que al fin y al cabo no lograban decir nada en particular. Basado en los personajes de Bob Kane, y a eso súmele las novelas graficas del El Largo Halloween de Tim Sale y Batman: Año Uno de Frank Miller, esta cinta nos muestra en cambio a Bruce Wayne (Bale), hijo de padres millonarios asesinados, que rehúye de su vida para involucrarse con la misteriosa Liga de las Sombras. Y que luego de entrenamientos y enseñanzas, decide regresar a la mítica Ciudad Gótica para enfrentar al crimen organizado bajo nueva identidad.
Aun cuando los dos primeros filmes de Nolan fueron en parte escritos por él, utilizando el tema de la memoria en Memento y la culpa en Insomnia, aquí el mismo Nolan, junto a Goyer, estableció un guión basado en el tema del miedo. El miedo a la muerte, miedo al caer, miedo al crimen, miedo a los murciélagos, sumado a la culpa y la memoria, son elementos que constantemente se destacarán en esta cinta. Tomado por precedente que lo que vemos no es exactamente una historia lineal como otras, sino la confusa mente de personaje quien a lo largo de un viaje, un camino entre la luz y la oscuridad, irá formando su propio patrón acerca de como debe ser el perfil de Bruce Wayne (alegre y despreocupado) separado de Batman (aterrador y serio). Lo que a fin de cuentas, en los últimos minutos del film, la misma Rachel Dawes (Kathy Holmes) evidencia en la imposibilidad de happy ending con el propio Bruce, debido al turbio camino tomado por el mismo al enfrentar sus demonios en Asia.
Pero si bien el filme explora los inicios de Batman, es necesario establecer que aunque Bruce Wayne sea el hombre murciélago, el mismo filme deja de lado la persona humana y sensata que este alguna vez fue, para centrarse en la búsqueda de la verdad y justicia; abandonando los sentimientos de Bruce Wayne para pasar otra historia (¿policial?). Es una cuestión que no se vuelve a ver en la secuela, sino en su ultima entrega, que retoma a un personaje en decadencia con necesidad de levantarse y enfrentarse ante un rival más peligroso que él. Ya anteriormente habíamos visto reciclados villanos de la talla del Joker, Pingüino, Gatúbela, El Acertijo, Dos Caras, El Señor Frío, Hiedra Venenosa y Bane, uno que otro mostrando lados patéticos y a veces absurdos (payasos); demasiado para leerlos como criminales reales ante el inminente Batman. La pregunta del millón radicaba en saber a quién otro había que introducir en esta nueva entrega. Lo interesante es que Nolan, siendo un maestro en el Plot Twist, no la haría fácil. Pues si el introducir aquí al Espantapájaros, mejor conocido como el Dr. Jonathan Crane (Murphy) y al mafioso Carmine Falcone (Wilkinson), podría en apariencia llevarnos a pensar en una historia reducida a estos dos, Nolan decidió guardarse la última palabra en cuanto al verdadero villano de la historia.
Porque el filme no sólo posee el realismo de acuerdo a su temática del crimen y la inseguridad de Ciudad Gótica, sino que Nolan, aprovechando los parajes de la ciudad de Chicago, construyó una ciudad más real y capaz de sufrir cualquier tipo de ataque terrorista, haciendo mención al clímax final y el objetivo del villano concerniente a los habitantes de Gotham City, cosa que ni Burton ni Schumacher implementaron, tanto por haber filmado estudios, como por habernos mostrado a una ciudad Gótica enseguida decadente. Por otra parte si las cintas anteriores anclaban el heroísmo sólo en la figura del héroe vigilante, mientras que la policía se mostraba como una fuerza inútil de relleno; aquí el film presenta a alguien que pretende cambiar el modo de enfrentarse al crimen, y que deberá lidiar con la presencia por demás activa de la policía. Batman hace justicia por mano propia, lo que lo hace entrar en gran enfrentamiento con esta última.
Es necesario recalcar por otra parte que, aunque se muestre un buen desarrollo de diálogos entre el excelente Michael Caine y Bale, sin dejar por fuera a Liam Neeson y Morgan Freeman, la cinta carece de una buena coreografía de peleas, que en sí podría advertirse como la imposibilidad de ver el ataque sorpresa del murciélago ante los peligros que atraviesan sus ciudadanos. En las siguientes secuelas, las técnicas de peleas mejoraran al paso de cada cinta. Pero así y todo, el genial Wally Pfister realizó una excelente fotografía para mostrarnos las hazañas de este personaje en cada enigmática situación (desafio a Ra´s Al Ghul en su templo, escape de la policía y el clímax en tren), así como John Newton Howard y Hans Zimmer hicieron en conjunto un impecable trabajo con la composición musical, que al no tener un leitmotiv sino en via de desarrollo hasta la siguiente cinta, nos hacen advertir en cada escena, junto a la música, la presencia de Batman. El aleteo de murciélago ante sus adversarios.
Juan Felipe Wong Esparza
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