EDICION ESPECIAL HALLOWEEN. David y Jack son dos jóvenes estadounidenses que recorren Europa con su mochila a cuestas. En Inglaterra, en una zona rural desolada, los jóvenes emprenden su marcha en la oscuridad, cuando oyen un aullido terrorífico: no saben que los persigue una bestia legendaria, cuyas víctimas se convierten en muertos vivientes que deben vagar por la Tierra eternamente.
La década de los ’80 no sólo marcó una nueva generación en el ámbito cinematográfico de la ciencia ficción con Star Wars y Flash Gordon, sino que también creó personajes heroicos extraordinarios, tales como Indiana Jones y Batman, que son, hasta el día de hoy, ejemplos vitales de los primeros héroes de acción en la gran pantalla. Teniendo en cuenta estos elementos: ¿quién pensaría que incluso el género de terror, decaído en años anteriores, tomaría otra vez vuelo con monstruos tradicionales (en este caso los hombres lobo)?
John Landis, director norteamericano de inolvidables comedias tales como Animal House y The Blues Brothers, no sólo revitalizaría la clásica historia del hombre convertido en su contracara bestial, sino que la trasladaría a otro continente actualizando el mito en épocas contemporáneas. En este filme, que en ese entonces se encontraba entre los tres que trabajaban la temática del hombre-lobo (Wolfen y The Howling los otros), John Landis no construye simplemente una cinta de horror, sino que a esta le adjunta como dijimos ciertos toques de comedia, para lo que sería una perfecta narración postmoderna del monstruo.
Dirigida y escrita por Landis, el filme narra entonces la historia de dos mochileros norteamericanos, Jack (Griffin Dunne) y David (David Naughton), quienes se encuentran recorriendo los páramos de Inglaterra. Sin embargo, al caer la noche, se ven sin querer involucrados con los extraños habitantes de un bar de los alrededores. Sin considerar las advertencias de los pobladores, el destino de ambos cambiará por completo cuando son atacados por un lobo: uno morirá, el otro seguirá viviendo con la maldición de la bestia, ahora en la ciudad de Londres.
Lo interesante de este filme se encuentra tanto en las desventuranzas de aquellos dos extraños en tierras lejanas, como en el mismo guión, que además de reconstruir el mito del hombre lobo, lo remodela, actualizando lo que fue la versión original de Lon Chaney Jr. Y no sólo a través de la ambientación, sino también con la gran ayuda de efectos especiales a cargo del genial Rick Baker, y por medio del juego de cámaras (representativo del punto de vista de la creatura), se logra apreciar cierto temor o terror que enfrentan las víctimas ante el endemoniado atacante.
Aunque los actores proporcionen una sólida interpretación para demostrar la amenaza que enfrentan, quien verdaderamente se lleva el crédito es Landis: reúne los recursos técnicos necesarios y consigue crear una atmósfera perfecta, logrando que este filme y su soundtrack, ofrezcan no sólo momentos memorables, ¡sino que el todo de la estructura cinematográfica se componga alrededor de la luna llena!
An American Werewolf in London, es entonces no sólo el trabajo sólido y criterioso de un director que ha madurado y que prácticamente ha hecho de su vida, la comedia. Sino que además debería ser considerada como referente principal para todos aquellos que deseen incursionar en el género del hombre lobo para sus futuros filmes.
Juan Felipe Wong Esparza
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