Comentario
28° FESTIVAL DE MAR DEL PLATA. Adaptación de la pieza teatral de Pablo Paredes, narra con elementos mínimos la complicada relación entre dos mujeres: una analfabeta cincuentona y una joven maestro de escuela.
Por nuestro enviado
¿Listos? ¡ya! Arranca el 28° Festival de Cine de Mar del Plata, y por supuesto nuestra mirada se encuentra anclada en la Competencia Internacional, en la que ya podemos observar cierta predominancia de films latinoamericanos. El film de apertura de este año es, de hecho, una interesante opera prima chilena, que ya se había exhibido fuera de competencia en el reciente Festival de Venecia.
Adaptación de la homónima obra teatral de Pablo Paredes, el film excava en la relación entre una cincuentona de algún periférico barrio de Santiago, que mantiene su analfabetismo en secreto, y una joven y persuasiva desempleada que primero se le acerca para leerle las noticias del diario, y que luego intentará triunfar en la difícil tarea de alfabetizarla, a pesar de la personalidad reacia de la obstinada mujer. El film desentraña de manera acotada y eficaz este vínculo, sostenido fundamentalmente por el buen despliegue actoral de las dos protagonistas, y la evolución nunca banal de sus personajes. Con una narración centralizada y limpia, Sepúlveda (director clase ’84) logra construir el retrato de dos mujeres distintas y cercanas al mismo tiempo, sobre todo solitarias, difíciles de lidiar, que exponen sus debilidades, en la urgencia de por primera vez ser comprendidas, ser escuchadas. La primera por cuestiones inherentes a un difícil pasado que aún repercute en su personalidad, la otra por tristezas de vida no demasiado antitéticas. Pero entonces: ¿por qué el plural del título? Ahí, está claro, reside el nudo de la cuestión. Porque se trata de dos mujeres de personalidades aparentemente opuestas, pero en el fondo sufrientes de la misma marginalidad, y con la misma necesidad de exteriorizar sus miedos, su soledad; sentirse amadas. Muchas, entonces, las apreciaciones posibles que el término del título indica.
Al contrario del año pasado, esta vez pudimos presenciar una digna función de apertura. Interesante, si bien pronosticable, el cierre del film alrededor de la (hasta ese momento) “ilegible” carta paterna, apoyado en la gran expresividad de la enérgica Paulina García, acompañada por la adorable Valentina Muhr, que ya habíamos visto en el último Raúl Ruiz. Sumamente curiosa la elección de las notas de diario en que la aspirante profesora académica lee en principio a la analfabeta.
Lorenzo Barone
Dejanos tu comentario