El Hobbit: La Desolación de Smaug

Categoría: Críticas
Fecha de publicación: diciembre 30, 2013
Comentario

El film continua la aventura de Bilbo Bolsón en su viaje con el mago Gandalf y trece enanos liderados por Thorin Escudo de Roble en una búsqueda épica para reclamar el reino enano de Erebor. En su camino toparán con multitud de peligros y harán frente al temible dragón Smaug.

Entrar al mundo de J.R.R. Tolkien de la mano de Peter Jackson es ya algo claramente identificable. Quizás sea porque cada nueva película, a pesar de tener un título independiente, sigue perteneciendo a la misma estética: un profundo bosque con un pueblito, un lago, una montaña y luego otro profundo bosque con otro pueblito, un lago más grande y ahora una colina con nieve, etc. Parece una historia de nunca acabar. Y es que habrá que esperar todavía un año más para saber cómo concluye. Con los personajes de siempre, algunos más jóvenes que otros, sigue la aventura en la cual Bilbo (Martin Freeman) con la ayuda de Gandalf (Ian McKellen) y un grupo de elfos, continúa una aventura que a través de diversos enfrentamientos entre hobbits, elfos, orcos y arañas los lleva hacia la tierra de Erebor, donde los espera un dragón gigante (Smaug) que lo va a mantener alerta durante toda la película.

Un detalle que nunca falta: los efectos especiales. Grandes e imponentes escenarios, nieve, lluvias, fuego, saltos gigantes y muertes extraordinarias son elementos que nunca faltan y como siempre tienen un desarrollo visual increíble, realizados por un departamento de más de cien personas. Aunque por momentos cansa tanta cantidad de efectos durante largas escenas. El equipo artístico que acompaña a Jackson (Director de Fotografía, Arte, Maquillaje, Edición y Música) es también aquel que lo acompañó durante toda la saga de El Señor de los Anillos.

Quizás la gran diferencia con El Hobbit: La desolación de Smaug sea que el libro “El Hobbit” de J.R.R. Tolkien podría ser adaptado en una sola película. Pero debido al éxito de la trilogía de los anillos (adaptada de los tres libros del mismo autor), es que decidió dividir “El Hobbit” en tres partes (seguramente por motivos netamente comerciales), dejando muchos personajes en espera, escenas largas que no conducen a nada y una duración total de casi tres horas.

Cabe destacar la secuencia de escape en barriles donde podemos observar flechas, saltos, caídas, gritos, golpes, muertes, mucha agua y un toque de comicidad que logra distender un poco al espectador. Otro elemento que es digno de ver esta película en 3D es el despliegue de vestuarios épicos, peinados y barbas al estilo vikingo, y un excelente maquillaje que daba mucho realismo a estos personajes inexistentes, especialmente en los primeros planos.

Desde el estreno de El Señor de los Anillos en 2001 (hace más de una década) hasta este nuevo estreno no parece haber pasado el tiempo. Los personajes siguen caminando, y seguirán caminando por lo menos hasta el año próximo. Probablemente allí puedan sentarse y descansaremos un rato.

Nicolás Isasi
 




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